A lo largo de la vida de nuestro peludo, tendremos que afrontar algún que otro cambio de alimento. En algunos casos, como el cambio de etapa de cachorro o gatito a adulto, este cambio es previsible y podremos anticiparlo y prepararlo con tiempo. En otros casos, como si tu perro o tu gato se enferman o el alimento que comen es descontinuado por el fabricante, no podremos anticiparlo y tendremos que responder de forma rápida.
Sea cual sea la situación a la que nos enfrentemos, es importante conocer el impacto que un cambio del alimento puede tener en nuestro perro o gato y tener clara la forma más apropiada de realizar el cambio en su dieta. Pudiéramos pensar a veces que los perros y gatos tienen estómagos de hierro, pero la realidad es que son realmente sensibles y un cambio abrupto en su dieta puede llevar a un rechazo y provocarle trastornos gastrointestinales que den lugar a vómitos y diarreas.
En ambos casos, es esencial entender el impacto que un cambio en el alimento puede tener en nuestro peludo y conocer la forma más apropiada de realizar la transición alimentaria.
¿Cómo realizo el cambio de alimento de mi mascota?
A continuación, te contamos cómo realizar el cambio del alimento. Para tu comodidad, hemos planteado dos escenarios: uno en el que puedas mezclar el nuevo alimento con la fórmula anterior y un segundo en el que no tengas la posibilidad de mezclarlos.
-Puedo mezclar con la fórmula anterior-
Toma al menos una semana para realizar el cambio al nuevo alimento. Durante esta semana, mezcla el alimento antiguo con el nuevo de acuerdo con estas proporciones:
• Día 1: 10% alimento nuevo / 90% alimento antiguo
• Día 2: 20% alimento nuevo / 80% alimento antiguo
• Día 3: 30% alimento nuevo / 70% alimento antiguo
• Día 4: 40% alimento nuevo / 60% alimento antiguo
• Día 5: 60% alimento nuevo / 40% alimento antiguo
• Día 6: 80% alimento nuevo / 20% alimento antiguo
• Día 7: 100% alimento nuevo
Si quieres reducir aun más los riesgos del cambio y puedes permitírtelo, puedes tomar más días en hacer el cambio gradual. Algunos casos en los que recomendamos extender el tiempo son por ejemplo si tu mascota ha tenido problemas con los cambios de alimento en el pasado o si la nueva comida es muy diferente de la antigua (Ejemplo: cambias de un alimento con pollo como primera proteína a otro con salmón como primera proteína).
Durante el proceso de transición, observa cómo responde tu mascota al nuevo alimento. Presta atención a los signos de malestar digestivo como diarrea, vómitos o falta de apetito. Si tu mascota muestra algún problema significativo, detén el cambio y consulta a tu veterinario.